Desde que tengo uso de razón, he vivido entre dos polos. Mi propio mundo, uno que es caleidoscopio, alucinada dimensión del sueño, morada de la musuraña. El otro mundo (el dominio de la realidad), llegó a mí a través de los hombres. Ellos fueron mis portavocs, mis guias, y a la vez mis obstáculos, mis tormentos y matarratos. Perdí, en ese vaivén de mundo a mundo, mucho tiempo, mucha energía, much aire. Y muchas lágrimas. Me estrellé duro contra el desamor y la musaraña empezó a toser: estaba enferma: Tuve que abandonar ambos mundos, pues ambos mun dos me habían abandonado. Tuve que irme a vivir a los medios... lugar que ahora conquisto.
Aquí estoy, escribiendo lo que pasó, con una sonrisa en los labios, pues logro armonizar mi todo y convivir con la nada, conversar con el silencio, enredarme yo sola sin enredar a nadie ( solo a tí, mi negro) Es aquí donde quiero estar, donde yo eligo y no me elijen..
Estoy así en momentos felices, y a ésta la describo como un gran tesoro oculto en el fondo del mar.
Y como principal paso para la felicidad es la autoestima, ya que es el centro de la seguridad en todas las personas, y va a la par con la autovaloración, permitiendo realizar el examen dentro de nuestro yo interior, sin hacer comparaciones con las demás, porque somos únicas e irrepetibles.
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